En una estación de policía de Kazajstán, cuando ingresa una denuncia de violencia doméstica, se envía de inmediato a una o un agente de policía. En el pasado, la respuesta hubiera consistido simplemente en calmar la situación o incluso ignorarla de plano. Pero ahora, la o el agente cuenta con una nueva y robusta herramienta para proteger a las sobrevivientes, e incluso disposiciones para alejar al agresor de la escena y poner a las sobrevivientes en contacto con la ayuda legal y de otra índole que necesitan.
Los cambios son el resultado directo del mandato de ONU Mujeres y la capacidad para forjar alianzas de alto impacto en toda las Naciones Unidas, entre otros ámbitos. La colaboración reciente entre ONU Mujeres y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa contribuyó a reunir a autoridades nacionales, grupos de la sociedad civil, mujeres activistas y otras entidades de la ONU como y UNICEF para reforzar la legislación sobre violencia doméstica. Los cambios ampliaron la definición de las relaciones domésticas, aumentaron la duración de las órdenes preventivas e intensificaron el rol de los gobiernos locales en el fortalecimiento de los servicios públicos.
ONU Mujeres y UNFPA están trabajando para aplicar las nuevas disposiciones. La capacitación dictada con apoyo de ONU Mujeres a las fuerzas policiales y oficiales de justicia ya ha conseguido un aumento sustancial del número de órdenes preventivas. UNFPA está prestando apoyo con servicios de salud mejorados y campañas contra prácticas nocivas como los matrimonios forzosos. Ambas organizaciones están comprometidas a ayudar a la entidad nacional de estadísticas a realizar una encuesta en el país —la primera en Asia Central— sobre la prevalencia de las distintas formas de violencia de género. A instancias del Gobierno, la iniciativa brindará el panorama más preciso a la fecha sobre la magnitud del problema, información que resulta vital para escoger las estrategias de prevención y protección más eficaces.
Ser niña en Malawi significa enfrentar la altísima probabilidad de contraer matrimonio antes de los 18 años de edad. Esto generalmente pone fin a la escolarización y conlleva embarazos de alto riesgo, con consecuencias que repercuten de por vida. Para ayudar a eliminar esta práctica nociva, ONU Mujeres reunió al equipo de país de la ONU en una acción de incidencia conjunta que contribuyó a la sanción del proyecto de ley sobre matrimonio, divorcio y relaciones de familia en 2015, el cual establece en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio. Una segunda nueva ley, que tuvo el apoyo de ONU Mujeres, combate la trata de personas, ya que Malawi era el único país de África Meridional que carecía de castigo legal para este delito.
Como parte de una movilización mundial en torno a Beijing+20, ONU Mujeres alentó a otras entidades de la ONU a sumarse a una fructífera campaña de presión para obtener el compromiso conjunto de las y los líderes de las principales organizaciones de la ONU para el desarrollo en pos de un aumento en la inversión para la igualdad de género, mayores resultados y la profundización de la rendición de cuentas respecto del progreso alcanzado. Más de una decena de talleres ayudaron a las organizaciones de la ONU a generar las capacidades necesarias para mejorar la inclusión transversal de la perspectiva de género. Por tercer año, 62 organizaciones informaron sobre la herramienta ONU-SWAP que utiliza todo el sistema de la ONU para dar seguimiento a los progresos en materia de igualdad de género. Se han demostrado avances en 14 de los 15 indicadores de desempeño de este instrumento. Casi el 60% de las organizaciones de la ONU ahora cuentan con políticas de género, el primer requisito de ONU-SWAP, lo que equivale a un aumento del 20% con respecto al nivel inicial de 2012.
En 2015, decenas de países aprobarán nuevos marcos de asistencia al desarrollo de la ONU, que rigen todas las actividades de la Organización en una nación determinada. ONU Mujeres apoyó la creación de una nómina de más de 30 especialistas a disposición para ayudar a incorporar toda la gama de cláusulas sobre igualdad de género. Una tarjeta de puntuación de género en Camboya probó ser una herramienta fundamental para configurar un plan de la ONU que contó con un compromiso sin precedentes con la igualdad y el empoderamiento.